No sé en qué pensaba el día que se me ocurrió convocar a 9 de mis amigas a formar un equipo para participar en un mundial de escritura. Tal vez en que nos sobraba tiempo.
Me equivoqué, no hay tiempo, al contrario, el mismo portal mundialista se encarga de recordártelo agregango un reloj en la pantalla a la altura de tu vista, así que mientras piensas, escribes, lees, corriges; ves como los minutos van muriendo. Tortura a la que por primera vez me enfrento. Pensar que se tiene tiempo es justo la imposibilidad de administrarlo. Lo compruebo.
Sin tiempo, 11 personas en un equipo autonombrado «Armando Nervios» nos inscribimos al mundial, hoy corre nuestro día 5 y este ejercicio sigue estos pasos.
Hasta aquí la primera etapa. Ya les contaremos qué pasa más adelante. Lo que sí hay que decir es no son nada sencillas estas consignas, mi mente se bloquea, pienso en tantas posibilidades, las tecleo en la pantalla, resultan tan ridículas a mis ojos, borro, borro, borro y vuelvo a comenzar, al final aparece un texto mediocre, pero capaz de satisfacer mi gusto inicial para continuar adelante.
30Cuando leo los textos de mis compañeras o compañeros de equipo me río mucho y pienso que de verdad tienen talento, se me ocurre que al final de esta maravillosa experiencia podamos editar nuestros mejores textos reunirlos en un sólo documento, dirigirnos a la Editorial de la UAN y preguntar que tan viable puede resultar publicar un librito con estos textos.
Me estoy divirtiendo mucho, pero estoy aprendiendo más.
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