Westworld una serie de HBO sobre la inteligencia artificial comparada con la naturaleza humana en un mundo donde la ficción se mezcla con la realidad.
Se trata de un parque donde robots idénticos a los humanos y dotados de IA – los residentes – interpretan papeles en varias narraciones que los huéspedes humanos pueden vivir para tener aventuras. Todo está controlado desde fuera por un equipo de guardias e ingenieros. Lo interesante concierne a la programación de las IA.
Uno de los ingenieros principales intenta crear conciencia en las IA aplicando la teoría de la mente bicameral. Por ello escribe para cada personaje una narración de su pasado (inexistente) que incluya una tragedia, porque cree que el dolor recordado (se trata de reacciones químicas a descargas eléctricas) los ayudará a tener una conciencia y a buscar su voz de programador, que con la repetición y el afinarse de sus procesos se convertirá en la propia voz de residentes, llegando así a convertirse en seres capaces de entender qué es real.
El personaje interpretado por Anthony Hopkins, uno de los fundadores del parque, lo dice claramente: los huéspedes no vienen al parque para saber quiénes son, sino para descubrir quiénes podrían ser (de lo real a lo posible); los robots, en cambio, tratan de entender qué es real tras toda aquella mentira y ficción que les fue propinada para actuar en las narraciones. Pero este esquema podría ser demasiado sencillo…Hay una frase en el último episodio entre dos robots, Dolores y Bernard:
D.: «Ningún mundo creado para nosotros puede ser como el mundo real»
B.: «Por qué?»
D.: «Porque lo que es real no puede replicarse» («That which is real is irreplaceable.»)